Cercas de seguridad personal

Por Nancy Leigh DeMoss

Mantente vigilante

A medida que he estudiado la Biblia, observado las vidas de otros, y echado una profunda mirada a  mi corazón a través de los años, me he dado cuenta de que nadie—sin importar lo espiritual que sea—está exento de la posibilidad de sucumbir ante la tentación moral. Tengo también la convicción de que cualquier mujer puede provocar la caída moral de cualquier hombre—no importa cuán piadoso éste sea. Esta es un área de nuestras vidas donde no podemos darnos el lujo de estar menos que vigilantes.

De acuerdo a la Palabra de Dios, un voto es un pacto de compromiso con Dios y  no debe tomarse a la ligera. Sólo he hecho unos cuantos votos al Señor. Uno de estos compromisos sagrados es la promesa de ser moralmente pura. Este es un asunto tan serio para mí, que le he pedido al Señor que tome mi vida antes de que pudiera poner en peligro un matrimonio o interponerme entre un hombre y su esposa.

A menudo he estado en la posición de cultivar una relación inapropiada con un  hombre casado—o por lo menos hacer compromisos que habrían podido alimentar deseos pecaminosos en mi propio corazón o en el de alguien más.

¿Por qué necesitamos “cercas de seguridad” personales?

A través de los años, el Señor me ha llevado a desarrollar un conjunto de barreras (límites) con  hombres con los he servido y con los cuales me he relacionado  en diversos entornos. Esas barreras han sido una poderosa salvaguardia y protección para mi propio corazón, para aquellos hombres y sus matrimonios, para mi reputación, y más importante aún, para la reputación de Cristo.

He tenido la bendición de servir al lado de muchos hombres que tienen  corazones firmes en Dios. Pero nunca asumo que yo (o ellos) estamos más allá de la tentación y la caída. El Enemigo busca ansiosamente oportunidades para hacer caer a los hijos de Dios.

Voy a explicar el concepto de "cercas” o “barreras" un poco más claramente. Por "barreras", me refiero a los límites que establecemos en nuestras relaciones con las personas del sexo opuesto. (Mi enfoque está en la manera particular en que nos relacionamos como mujeres con los hombres casados.) Justamente como las barreras rodean nuestra propiedad para proteger y cuidar lo que es nuestro, y definir lo que no lo es, también necesitamos poner barreras en nuestras relaciones. Una vez que estas barreras están en su lugar,  necesitan  mantenerse allí cuidadosamente.

Cada mujer necesita conocer sus propias áreas de debilidad y vulnerabilidad—sobre todo si no ha sido moralmente pura en el pasado—y deberá ajustar sus barreras a sus necesidades, para tener una  mayor protección. Mis límites personales los he desarrollado al observar a  otros—y a mí misma al mismo tiempo—tratar con las tentaciones o las circunstancias difíciles con   miembros del sexo opuesto.

Otra palabra que he encontrado útil es el concepto de "barandilla de protección." Cualquiera que ha manejado por un camino estrecho en la montaña sabe lo importante que es una barandilla de protección para la seguridad. Permanecer dentro de las barandillas ofrece protección para no caer por el borde de la montaña, pero representa más que eso, representa la libertad. Las barandillas de hecho nos "restringen", pero también nos hacen libres para conducir sin miedo.

Restricción o protección?

Para aquellos que consideran estos principios "legalistas", me permito sugerir que, lejos de ser restrictivas, estas "barreras" me han permitido disfrutar de una saludable amistad con los hombres con los que trabajo y sirvo, así como con sus esposas e hijos. La adhesión a esta práctica me ha permitido jugar un papel en el fortalecimiento de los matrimonios y las relaciones familiares.

No estoy sugiriendo que todas estas "barreras" son absolutamente bíblicas o que la violación de cualquiera de estas sería necesariamente un pecado. Sin embargo, después de ver la angustia y la congoja de pactos matrimoniales rotos provocados por la entrada de un “tercero”, he llegado a creer que son parámetros sabios y que los que los violan lo hacen bajo su propio riesgo.

Consejos útiles

Esta no es una lista exhaustiva o una garantía contra la infidelidad. Son simplemente algunas de mis  “barreras” personales—principios que me han servido  durante muchos años de trabajar junto a  hombres casados. Nunca fue mi intención publicar esta lista. Sin embargo, como ya he compartido esta idea de establecer “barreras” personales, me han preguntado frecuentemente si yo estaría dispuesta a compartir las mías.

Además, he visto  mujeres suficientemente ingenuas o tontas (y  hombres) actuar de manera inadecuada con el sexo opuesto—y luego haber tenido que ser  llamados a recoger los escombros que quedaron atrás—y he pensado que sería útil compartir estos ejemplos específicos.

Mi "barreras" reflejan mi deseo de ser discreta y no defraudar a los hombres que me rodean—a través de mi lenguaje, acciones,  vestimenta, o actitudes. A aquellos que han sido influenciados por nuestra cultura permisiva, estas normas probablemente le parecerán excesivas. Yo  simplemente me pregunto: ¿qué tan valioso es para ti el evitar las consecuencias devastadoras del adulterio? Es difícil imaginar que una relación adúltera pueda desarrollarse si estas precauciones se mantienen.

 Aquellos que no me conocen personalmente,  podrían pensar que este enfoque raya en la obsesión. Sin embargo, he encontrado que en la medida en que abrazo las convicciones bíblicas y mantengo en su lugar la práctica específica de colocación de  "barreras" de este tipo, no tengo que "obsesionarme" con cuidar mi corazón o tener relaciones puras. Puedo confiar en que Dios obrará en y a través de mí, en  mi relación con los hombres, en  santidad,  pureza y  sabiduría.

Es mi oración que Dios te guie en la medida que tratas de establecer “barreras o cercas”  eficaces  y "barandillas de protección" en tu propia vida, y que   experimentes la libertad, el gozo, y la bendición de "preservar con toda diligencia tu corazón”.

Barreras prácticas con hombres casados en el ambiente de trabajo

La mayor parte  de mi contacto con  hombres casados ​​ha sido en el contexto del lugar de trabajotrabajando y sirviendo juntos en el ministerio. Un gran porcentaje de los amoríos  emocionales y/o físicos comienza en el lugar de trabajo.

Las siguientes "barreras" están destinadas específicamente a las relaciones con  hombres casados  en el lugar de trabajo, pero la mayoría se pueden aplicar de manera más amplia a las relaciones en otros escenarios, incluyendo la iglesia, la escuela,  situaciones de consejería, sociales,  las comunidades o  grupos, etc.

Estas "barreras" no son necesariamente una medida de espiritualidad—es  posible  cumplir con una lista  dos veces más larga que esta, y todavía tener un corazón impuro o ser culpable de fariseísmo. Ninguna "lista" puede ser un sustituto del amor sincero por Cristo y de un corazón que le agrade.

Esta no es una lista exhaustiva,  es una guía práctica que he encontrado útil y te insto a tenerla en cuenta al desarrollar tus propias "barreras" en las relaciones y que llegues a ser responsable ante Dios y los demás de mantenerte en ellas.

Como regla general, cuanto más cercana es la relación de trabajo con un colega casado del sexo opuesto,  mayor y más "inflexible" deben ser las barreras.

Reduce las oportunidades de tentación o acusación

• Si es necesario reunirse a solas, mantengan la puerta abierta o  reúnanse en una habitación con  ventanas. No se reúnan en lugares privados, asegúrense de que otros estén en la cercanía.

• Ten siempre un tercero disponible en caso de que sea necesario viajar juntos. No viajen solos en un vehículo.

• Cuando viajes por negocios o ministerio, quédense en diferentes plantas del hotel, a menos que estén acompañados por sus esposa.

• No coman juntos sin un tercero. (Me doy cuenta de que en muchos entornos de negocios, se considera "una practica común"  reunirse, viajar o cenar con  miembros del sexo opuesto. Pero estoy convencida de que es riesgoso en el mejor de los casos y tonto en el peor. En nuestro ministerio, el mantener  estas barreras ocasiona con frecuencia inconvenientes o gastos adicionales. Pero es un pequeño precio a pagar si nuestra preocupación es ser moralmente irreprochables,  guardar nuestro  corazón, la protección de los matrimonios de los demás, y, sobre todo, glorificar a Dios).

• ¡No coquetear! Ten cuidado incluso con los juegos y bromas "inocentes"—sobre todo cuando  estén solos entre ustedes. (¡Él debe  "divertirse" más con su esposa que con cualquier otra mujer!)

• Vístete modestamente. (La ropa provocativa envía una invitación  que no tienes derecho a lanzar.)

• Mantén las manos en su lugar. No invites, recibas o inicies formas íntimas de contacto físico (es decir, abrazar, besar, acariciar, etc.)

Niégate a participar en las conversaciones que pueden dañar las relaciones

• No lo escuches hablar críticamente de su esposa. Elogia a su esposa y nunca la critiques  frente a él o a los demás.

• No le proporciones un oído atento para que comparta sus dificultades maritales o tensiones en casa.

• No le confíes preocupaciones personales o emocionales a menos que su esposa o un tercero estén presentes.

• Evita expresar admiración por su apariencia física, ropa, etc.

• Ten un espíritu agradecido, pero se discreta y comedida en los halagos verbales o en los estímulos escritos, incluso si son  características piadosas. ¡La necesidad / deseo de admiración que él necesita debería ser alimentada apropiadamente por su esposa!

• Se discreta y comedida al expresar  admiración por él a los demás.

• ¡No tengan secretos! No le comuniques nada (verbalmente o por escrito) que no te haga sentir cómoda si él lo compartiera con su esposa (¡a menos que tu estés planeando una fiesta sorpresa de cumpleaños para ella!). Nunca le pidas que se abstenga de compartir algo con su esposa.

• En la comunicación escrita y verbal, hazle referencia a su esposa (por ejemplo, "¿Cómo esta_______? "" Dile a ______ que le mando 'saludos' ". " Estoy muy agradecida de ti  y ________. " "Tú y ________ han estado en mi corazón.")

Respeta los matrimonios  y las relaciones familiares de tus compañeros de trabajo

• No establezcas una  relación estrecha de trabajo, a menos que su esposa lo sepa y ten una relación positiva con ella. (Me doy cuenta de que esto no  es posible en algunos ambientes de trabajo. Pero he encontrado que este principio es de gran ayuda. Mientras más estrechamente  trabajas con él, más importante  es esto.)

• Copia a su esposa en cualquier comunicación de correo electrónico que haga referencia a asuntos personales (incluyendo temas espirituales). (No puedo dejar  de enfatizar esto lo suficiente. Los correos electrónicos pueden ser una vía increíblemente sutil, de comunicación inapropiada y cultivo de "intimidad").

• No lo llames a la casa sin necesidad. Se considerada—si su esposa o un hijo contesta el teléfono, toma tiempo para conectarte con ellos antes de pedir hablar con él.

• Se sensible a los períodos en que él y su esposa no han tenido mucho tiempo para compartir, y limita en consecuencia  el tiempo que pasan trabajando juntos. Toma la misma precaución si tienes razones para creer que puede haber tensión o  estrés en su matrimonio.

• Cuando él esté en pareja, inclúyela  en la conversación. Si son discusiones relacionadas con el trabajo, explícale lo que estás hablando, así ella no se sentirá excluida o "en la oscuridad".

• Muestra interés genuino por su esposa y busca oportunidades para bendecirla, servirla y animarla—cumpleaños, ocasiones especiales, necesidades que puedas satisfacer, etc.

• Busca oportunidades para agradarlos como pareja (y familia)—aniversarios, regalos para salidas nocturnas, etc.

• Se una verdadera amiga hacia su esposa e hijos y se cariñosa con ellos. Muestra interés en lo que les interesa.

• Si su mujer tiene alguna preocupación o duda con respecto a su relación contigo, ¡sal del camino! Solicita una transferencia o deja el trabajo si es necesario. Ella puede estar muy sensible; y puede llegar a ser una "mujer terrible." aunque "nada este pasando" entre tú y su marido. En cualquier caso, tienes la responsabilidad de hacer todo lo que esté en  tu poder para fomentar y proteger su matrimonio. No llegues a ser un estorbo en su relación con su esposa—por ningún motivo.

Se sensible al Espíritu de Dios para máxima protección

• No permitas  un vínculo mental, emocional o espiritual entre ustedes  más íntimo que el que él tiene con su esposa. Pídele al Señor  que te avise cuando se estén acercando demasiado.

• Se responsable. Comparte tu "barrera" con una o más amigas íntimas que se comprometan periódicamente y de manera voluntaria a vigilar que la mantengas.

• Si te  encuentras tentada mental o emocionalmente, comparte con una mujer madura, confidencialmente, con la finalidad de rendir  cuentas. ¡No esperes  estar en problemas para que la ayuda llegue!

• Si otro creyente expresa su preocupación acerca de tu relación con un hombre casado, no descartes su cuidado. ¡El sabio escucha y presta atención a los consejos!

• Confía en que el Espíritu de Dios  mora en ti para proteger tu corazón, dirigir tus pasos, y proteger tus relaciones.

Hazlo personal

Escribe una oración en respuesta a lo que  acabas de leer.

• Expresa tu compromiso de ser pura en tus relaciones con los hombres (casados o solteros).

• Pídele a Dios que te muestre en la práctica la necesidad de "barreras" que debes levantar en tu vida y que te de la gracia para mantenerte a salvo.

• Si te encuentras en una situación en la que eres vulnerable a la tentación o has desarrollado una relación inapropiada con un hombre, registra qué medidas piensas adoptar para obedecer a Dios y agradarle a Él en este asunto.

• Pídele a Dios que cuide tu corazón, para hacer de tu  vida un reflejo de la pureza y el amor de Cristo, y para ayudarte a ser una bendición y no un obstáculo para los hombres a tu alrededor así como para sus esposas e hijos.

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Mi “Barrera” Personal

Has una lista de las barreras "específicas" que crees que necesitas levantar en tu relación con hombres casados. (Con los años, he añadido y pulido  mi propia lista. Sigo creciendo y aprendiendo en esta materia. A medida que creces, pídele al Señor que te haga consciente de las "barreras" adicionales que puedas necesitar levantar en tu vida.)

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Recuerda que estas "barreras" no pretenden ser una carga, sino una bendición—no son para ponerte en prisión, sino para ayudar a protegerte a ti y a los demás.

Y recuerda que no hay una lista de "reglas" que pueda  hacerte santo. Mira a Cristo—busca  amarlo supremamente. Se sensible a la guianza de Su Espíritu. Síguelo. Depende de Su gracia para proteger tu corazón. Él es el único capaz de "guardaros sin caída" (Judas 24).

"estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. . . . Por el Espíritu Santo que mora en nosotros. 2 Timoteo 1:12, 14

© Aviva Nuestros Corazones. Usado con permiso. www.AvivaNuestrosCorazones.com

 

About the Author

Nancy DeMoss Wolgemuth

Nancy DeMoss Wolgemuth has touched the lives of millions of women through two nationally syndicated radio programs heard each day—Revive Our Hearts and Seeking Him. Her books have sold more than five million copies. Through her writing, podcasts, and events, Nancy is reaching the hearts of women around the world, calling them to freedom, fullness, and fruitfulness in Christ.